"Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta" (Pablo Neruda)













viernes, 3 de diciembre de 2010

El Mito del Héroe


El mito del héroe en la antiguedad clásica

Los griegos de la época arcaica consideraban la existencia de unos seres intermedios entre los dioses y los hombres a los que denominaron SEMIDIOSES.

También la palabra HEROE se aplica a un conjunto de muertos que en vida se han destacado a causa de su Areté, excelencia, virtud y que sin llegar a ser divinizados, el imaginario de los antiguos los situa en una posición suprahumana.

Aristóteles en su Política sostiene que “los héroes eran, tanto física como moralmente, superiores a los hombres, empero ésta definición es discutible si se tiene en cuenta que la naturaleza del héroe es compleja, dado que también contamos aspectos salvajes, violentos y grotescos.
Por esto el héroe trágico no invita a que se lo imite sino a la repulsa y a causa de su soberbia o desmesura (hybris) su castigo esta visto como la elección de su osadía. Sin embargo el héroe trágico es uno de los cánones ideales concebidos por el pensamiento helénico “que mejor expresan su espíritu y que mayor proyección han alcanzado históricamente”.

En la mentalidad de los antiguos los héroes pertenecen al pasado, pero por el sólo hecho de haber tenido actitudes y conductas sobresalientes, éstos seres singulares han adquirido una categoría que vale por siempre, y escapan, en consecuencia, del plano cronológico, y de ese modo el héroe se adscribe a la intemporalidad del mito.

En un primer momento los héroes fueron tenidos por hijos de una divinidad y de un ser mortal, y debido a esa singular genealogía, los antiguos veían en ellos una  suerte de naturaleza mixta. Si bien eran superiores al común de los mortales, al igual que éstos estaban privados de la inmortalidad a causa precisamente de la porción humana de su naturaleza y en ese aspecto eran diferentes de los dioses que eran inmortales.

¿Cómo alcanzar la heroicidad? La búsqueda de la inmortalidad representa la gran hazaña del héroe, pero en tanto que en su naturaleza existe una porción mortal, su esfuerzo por alcanzarla es en vano.
En la antigüedad clásica son muy pocos quienes la consiguen y la han logrado sólo porque esa gracia les ha sido conferida por los dioses; el ejemplo típico es el de Herácles. Herácles es el héroe por antonomasia y es también el único de los semidioses que, luego de sus fatigas y de una muerte singular tiene acceso al Olimpo.

Existen también entre los héroes un segundo grupo, esta vez no se tratan de semidioses, sino de una humanidad que por haber sobresalido a causa de sus virtudes guerreras, logro trascender el aspecto humano y en consecuencia, superar su condición mortal (ejemplo: Aquiles, Héctor, Patroclo y Odiseo).


La morfología heroica

En el presente trabajo señalaremos cuales son los principales rasgos morfológicos que caracterizan a los héroes. Hay que destacar que el héroe griego revela una morfología inequívoca, en tanto que siempre desarrolla acciones singulares vinculadas principalmente con la fundación de ciudades o con la instauración de juegos rituales.

En el culto heroico el rasgo distintivo de los héroes es haber recibido culto público, lo que los diferencia del común de los mortales, que recibían uno de carácter privado.

El héroe se convierte en modelo para la comunidad que lo honra con su culto. Se valora en él no sólo el hecho de tener entre sus progenitores uno de naturaleza divina sino también su condición virtuosa que se ve reflejada en los diversos esfuerzos que emprende y en los sufrimientos que padece en pro de superar la mitad humana de su naturaleza. Y es precisamente a causa del citado aspecto mortal que los hombres se sienten más próximos a los héroes que a los dioses.

La muerte involuntaria es una circunstancia que generalmente le acaece a los héroes trágicos (Herácles, Edipo, Ayax). El problema en la antigüedad radica en que realizan esa acción no concientemente sino en un estado de enajenación.

En el combate, cuando se habla del héroe se tiene en cuenta el valor, ya que los antiguos apreciaban el coraje en el combate. La grandeza del héroe radica en que cuando combate arriesga su vida, y por ese hecho, el combate se convierte en la prueba esencial de su existencia.

Existen dos vertientes explicativas sobre quienes eran los héroes: 1) eran antiguos dioses caídos; 2) eran antiguos hombres que a causa de lo esforzado de su proceder, tras la muerte adquirieron un rango superior al humano.

Con respecto a las categorías de los héroes se puede afirmar que “no existe en consecuencia una explicación absoluta que nos aclare la naturaleza y el origen de los héroes”. Con todo corresponde destacar que en el héroe se percibe siempre un sentido de mediación entre lo divino y lo humano, entre el orden y el desorden, entre lo civilizado y lo salvaje.
En esta dimensión un rasgo definitorio de los héroes sería la “ambigüedad de su naturaleza” y en consecuencia la “ambigüedad de sus acciones”.


El mito de Edipo

Cuando Sófocles se ocupa de la figura de Edipo, hecha mano de una leyenda preexistente, que naturalmente era conocida por los espectadores que asistían a las representaciones. Para el imaginario griego de la época sofoclea el caso de Edipo está visto como un mito heroico y como tal es preciso considerarlo.
Eso no invalida considerar que el hecho de que la figura de Edipo, en tanto que personaje mítico-legendario, puede haberse constituido a partir de alguna base histórica.

En este sentido el mito sirve, entre otros fines, como objeto de conocimiento histórico y de estudio social.

Un aspecto sugestivo de la condición heroica es que estos seres están condenados a la soledad y que ésta se acrecienta en el momento de la toma de grandes decisiones. Se suma a esta circunstancia otra frecuente en el caso de los héroes: el hecho de que por muchas de sus hazañas despierta la envidia de los dioses, que necesariamente conlleva como castigo, las más de las veces, una muerte trágica.

Sófocles se presenta como un autor trágico por excelencia dado que en sus piezas no se restablece ningún tipo de armonía y el conflicto queda sin resolverse. Edipo Rey es el ejemplo más acabado de una tragedia existencial porque lo que en ella se analiza es la naturaleza humana como acción, y ésta es trágica pues lo que la caracteriza es el hecho de ser necesariamente mortal.


El humanismo del héroe

El héroe trágico nos conmueve no por lo que tiene de divino sino por lo que tiene de mortal. Los héroes se comportan como la imagen de lo que cada uno de los hombres hubiera querido ser.

De los aspectos más significativos de los héroes uno de ellos es el del sufrimiento que, a veces, llega hasta las lágrimas, y es precisamente por ese sufrimiento por el que nos sentimos cerca y por el que nos conmueven.

La purificación, la transfiguración y una suerte de apoteosis se da en las naturalezas heroicas por medio del sufrimiento y de las lágrimas, vertidas estas también por los héroes más varoniles: Aquiles, Eneas, etc.
En ellos se asiste a una suerte de Metanoia, es decir, un cambio de sentimientos, no forzado, sino natural y autocomplaciente, y es también de destacar que todos ellos son genuinamente humanos pues han sido recompensados con el don de las lágrimas.


El psicoanálisis y el mito del héroe

Las teorías psicoanalíticas formuladas por el psiquiatra S. Freud significan un aporte de valor para el estudio del mito en general; empero fue su discípulo Otto Rank quien aplicó esas ideas al estudio del mito en particular. Rank analiza el mito del nacimiento del héroe entendiéndolo como la primera manifestación visible del conflicto psicológico del niño con el padre.

Rank destaca que las civilizaciones más llamativas de la historia de la cultura glorificaron a través de sus héroes, reyes, príncipes, fundadores de religiones, dinastías o imperios, a sus héroes nacionales, mediante numerosas leyendas y relatos poéticos, en los que la historia del nacimiento y la infancia de estos seres singulares se presenta con “una desconcertante similitud y hasta, en parte, una correspondencia exacta”.

Rank nos advierte que los mitos son creados por adultos mediante la regresión a las “fantasías de la infancia” y el héroe se forma y consolida, en consecuencia, a partir de la historia infantil personal de quien elabora el mito.

En su interpretación subraya también el comportamiento asocial de los héroes haciendo hincapié en lo que denomina “la postura anarquista del héroe” que pone de manifiesto en la abierta oposición al padre y a la generación anterior.

En el héroe sus acciones están orientadas hacia la búsqueda de la libertad, hacia la ruptura del establishment y hacia la instauración de nuevos valores, y es por esa causa que el héroe se presenta como “un ser condenado a la soledad a quien debemos compadecer, antes que admirar”.


Hugo BauzáEl mito del Héroe





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