Carta II
“Señor, no puedo dejar de desaprobar a los maestros de ballets que tienen la ridícula testarudez de pretender que los figurantes, hombres y mujeres, se modelen exactamente sobre ellos, calcando sus movimientos, gestos y actitudes; esta singular pretensión ¿no se opondrá al desarrollo de las gracias naturales de los ejecutantes, ahogando en ellos el sentido de la expresión que le es propio?
Este principio me parece tanto más censurable cuanto que es raro encontrar maestros de ballets que sientan ¡y hay tan pocos que sean excelentes comediantes o que posean el arte de pintar los movimientos del alma por medio de los gestos!”
“El maestro de ballets, siguiendo su ejemplo, debe repetir la ejecución de una escena de acción, hasta que los ejecutantes hayan descubierto ese momento de realidad, innato en todos los hombres; momento precioso que siempre se muestra con tanto vigor como verdad cuando está provocado por el sentimiento.
El ballet bien compuesto es una pintura viviente de las pasiones, costumbres, usos ceremonias y vestimenta de todos los pueblos de la tierra; en consecuencia, debe ser pantomima en todos los géneros y debe hablar al alma a través de los ojos.”
“Los ballets, al ser representaciones, deben reunir todas las partes que componen el drama. Los temas que se tratan en la danza, están en su mayoría, desprovistos de sentido, y no ofrecen más que un conglomerado informe de escenas tan mal relacionadas como desagradablemente presentadas; sin embargo, es indispensable someterse a ciertas reglas, en general. Todo argumento de ballet deberá tener su exposición, su nudo y su desenlace. El éxito en este tipo de espectáculo en parte depende de la buena elección de los asuntos y de su distribución.”
“A los grandes talentos les está permitido innovar, salirse de las reglamentaciones ordinarias y abrirse caminos nuevos, cuando éstos pueden conducir a la perfección en su arte.
Querer asociar géneros contrarios y mezclar sin discernimiento lo serio con lo cómico, lo noble con lo trivial y lo galante con lo burlesco, constituye un defecto capital.”
“Los pasos, la soltura y el brillo de su encadenamiento, el aplomo, la firmeza, la rapidez, la ligereza, la precisión, las oposiciones de los brazos a las piernas: he ahí lo que yo llamo el mecanismo de la danza.”
“La danza encierra en sí todo lo necesario para un hermoso idioma y que no es necesario conocer el alfabeto.”
Carta III
“Si las grandes pasiones convienen a la tragedia, no son menos necesarias al género pantomímico. Nuestro arte se halla sujeto, en cierto modo, a las reglas de la perspectiva; los pequeños detalles se pierden con la distancia. Los cuadros de danza necesitan trazos marcados, partes grandes, caracteres vigorosos, masas audaces, oposiciones y contrastes tan impresionantes como artísticamente preparados.
Es cosa muy singular que hasta el presente se haya como ignorado el hecho de que el género más propio a la extensión de la danza es el género trágico.”
“Un ballet debe estar dividido en escenas y en actos, en especial, cada escena así como el acto, debe tener un comienzo, un medio y un final, es decir su exposición, su nudo y su desenlace.”
“Un maestro de ballet debe empeñarse en dar a cada uno de los bailarines actores una acción, expresión y carácter diferentes; todos deben llegar al mismo punto, pero por rutas opuestas, concurriendo unánimemente y de concierto a pintar por medio de la verdad de sus gestos y de su imitación, a la acción que el compositor se ha esmerado en trazarles.”
“Los cuadros exigen una acción, detalles y cierto número de personajes cuyos caracteres, actitudes y gestos deben ser tan verdaderos y naturales como expresivos.
El ballet es la imagen de un cuadro bien compuesto, si no es su original.”
Carta VI
“Un maestro de ballets debe observar y examinar todo, porque todo lo que existe en el universo puede servirle de modelo.
Todo lo que puede servir para la pintura, debe servir para la danza.”
“Es necesario que un maestro de ballets conozca las bellezas y las imperfecciones de la naturaleza. Este estudio lo impulsará siempre hacia una buena elección: por otra parte, como esas pinturas podrán ser indistintamente históricas o morales, no podrá evitar tomar sus modelos en todos los rangos, estados y condiciones.
Si el maestro de ballets debe estudiar la naturaleza y hacer dentro de ella una buena elección, si alguno de los temas que aspira a tratar en la danza contribuye en parte al éxito de su obra, no será sino en la medida en que tenga el arte y el genio de embellecerlos, disponerlos y distribuirlos en forma noble y pintoresca.
No siempre nos ofrece la naturaleza modelos perfectos y por esta causa debe tenerse el arte de corregirlos, de colocarlos en posiciones agradables.”
“Lo difícil, es embellecer la naturaleza, sin desfigurarla, saber conservar todos sus rasgos, tener el talento de suavizarlos y de imprimirles vigor.
El arte es seductor cuanto más se disimula y no triunfa realmente sino cuando no se le reconoce y se lo confunde con la naturaleza.”
Carta X
“He dicho, señor, que había exceso de composición en la danza, y que el movimiento simétrico de los brazos era demasiado uniforme para que los cuadros tuviesen variedad, expresión y naturalidad; por lo tanto, si deseamos que nuestro arte se acerque a la verdad sería necesario prestar menos atención a las piernas y más a los brazos; abandonar las cabriolas en beneficio del interés de los gestos; realizar menos pasos difíciles y darle mayor importancia al juego de la fisonomía; no poner tanta fuerza en la ejecución, sino infundirle más espíritu; apartarse con gracia de las estrechas reglamentaciones de la Escuela para seguir las impresiones de la naturaleza y dotar a la danza del alma y de la acción que debe tener para interesar.”
“En materia de danza, la acción es el arte de transmitir nuestros sentimientos y nuestras pasiones al alma de los espectadores, por medio de la expresión verdadera de nuestros movimientos, de nuestros gestos y de la fisonomía. La acción no es otra cosa que la pantomima.
Las pasiones son los resortes que hacen funcionar la máquina; sean cuales fueren los movimientos resultantes, no pueden dejar de ser verdaderos. Según esto, debe deducirse que los preceptos estériles de la Escuela deben desaparecer de la danza en acción para abrir paso a la naturaleza.”
“No es posible despertar interés al recitar hermosos versos maquinalmente y dando sencillamente hermosos pasos; es necesario que el alma, la fisonomía, el gesto y las actitudes hablen todos a la vez y con tanta energía como verdad.”
“Estudiemos pues, señor, dejemos de parecernos a los títeres cuyos movimientos dirigidos por hilos groseros no divierten y no crean la ilusión más que al pueblo. Si nuestra alma determina el juego y la acción de nuestra actividad, desde ese momento, los pies, las piernas, el cuerpo, la fisonomía y los ojos se moverán en sentido justo y el efecto que resulte de esta armonía y de esta inteligencia, interesará por igual al corazón y al espíritu.”
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