"Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta" (Pablo Neruda)













lunes, 29 de noviembre de 2010

La temperatura en la que arden las ideas

Fahrenheit 451 de Ray Bradbury

Surgido en un contexto de gran efervescencia política, este relato vio la luz en 1953. Esta novela “futurista” se inscribe en el terreno de las utopías.
En el campo político, en primer lugar, la posguerra, con la consabida derrota del nazismo. Subyacían probablemente en la mente del autor las quemas de bibliotecas que se realizaron en Alemania y en los países ocupados por dicho régimen, la persecución de intelectuales, las constantes delaciones, la utilización de la propaganda política por parte del Ministro de Propaganda Joseph Goebbels, quien manipuló los medios de comunicación como una herramienta para mantener y consolidar el poder y por cierto, las muertes.

En suelo estadounidense, la operación McCarthy y su “caza de brujas”, que harían estragos no sólo en vidas de inocentes, sino también en el campo de la producción artística y cultural. Delación, censura y prohibición se convirtieron entonces en moneda corriente.

En el área de la sociología y las ciencias políticas, la preocupación por las audiencias y los mecanismos de manipulación ideológica, mantuvieron activos a políticos, sociólogos, psicólogos y matemáticos quienes desarrollaron diversas aproximaciones al fenómeno de las comunicaciones.

1)      Violencia, manipulación y vaciamiento de contenidos

Se presenta un mundo signado por la violencia. Se trata de un progresivo vaciamiento de ideas y de contenidos del que son víctimas los ciudadanos por parte de un poder totalitario.
Este poder considera que anulando la capacidad de pensamiento y reflexión, los ciudadanos podrán erradicar la melancolía, la tristeza, la angustia y, con ello, ser felices.
No obstante, hay quienes no sólo no quieren entregarse, sino que luchan por mantener el “viejo” orden regido por el espíritu. Uno de esos personajes es Clarisse, una joven que el novelista delinea de manera poética y espiritual.
Dentro de ésta sociedad la violencia es moneda corriente. Son numerosos y variados los ejemplos que ponen de relieve una sociedad deshumanizada y violenta.
En ella opera un fuerte sistema de manipulación donde los hechos históricos mencionados aparecen alterados.

2)      Alienación

Debemos señalar que los intentos de suicidio son corrientes a lo largo del relato. En la alienada sociedad descripta por Bradbury es coherente que las tareas que debería realizar un profesional de la salud las realice un operario.
La máquina que concibe Bradbury para efectuarles el lavado de estómago a los suicidas es descripta como un mecanismo siniestro: “Toda la operación guardaba cierta semejanza con la excavación de una zanja en el patio de su propia casa”.  Ello sirve para resaltar aún más la deshumanización de las tareas llevadas a cabo por los operarios.

Por lo demás, los seres de esta sociedad alienada están incapacitados para diferenciar las imágenes de la realidad. Por otra parte, el consumo mediático durante las veinticuatro horas del día los lleva a distorsionar la realidad.

3)      Conocimiento e ignorancia

Toda la novela de Bradbury parece articularse en torno a dos polos; en el caso de Montag, éste realiza un recorrido de la ignorancia al conocimiento a lo largo del relato, lo que le permite abandonar la siniestra tarea de fireman y recuperar lo más noble de su condición humana.
Del mismo modo, cada uno de los otros personajes se desplaza en una u otra dirección. Clarisse, Faber y Granger, se mueven en el marco del verdadero conocimiento, dado que cultivan el hábito de la lectura. Ese conocimiento genuino almacenado en otro tiempo en libros, se halla guardado en la memoria de los habitantes de los “campamentos ambulantes”. Son los hombres-libro, esa suerte de rapsodas modernos, que han memorizado cada uno un volumen, para salvarlos de la destrucción total, cabe a ellos la tarea de transmitir la cultura.
Beatty, en cambio, se mueve en el ámbito de un seudoconocimiento, es él quien sostiene: “conozco muchísimas sentencias. Es algo necesario para los capitanes de bomberos”.

4)      Censura y delación

Ambos tópicos parecen hundir sus raíces en el mismo contexto de producción de la novela; en efecto, en Estados Unidos, los años 50´ estuvieron signados por las ideas de McCarthy y la mencionada caza de brujas.
Algo similar concibe Bradbury, será Mildred quien no dude en delatar a su propio marido, del mismo modo, la anciana que se autoinmola en el relato, ha sido denunciada por su vecina.
La delación se halla plasmada en la persecución de Montag: los medios de comunicación solicitan a los espectadores que todos a un mismo tiempo salgan a la calle para colaborar en la misión de tratar de ubicar al fugitivo: la misión que tienen es la de detectar a un hombre corriendo.

5)      Tecnología

Numerosos son los elementos tecnológicos que Bradbury imagina para este mundo del futuro: autos de retropropulsión, miniaudífonos, la mano mecánica para untar la mantequilla, la televisión mural, la barra metálica para elevarse en el cuartel, los cajeros automáticos de los bancos, un televisor del tamaño de una postal, el altavoz en la puerta de entrada de los hogares, etc.

6)      Elementos simbólicos

-         Fuego y Agua: El fuego constituye la esencia de la actividad de Montag, sin embargo su significado variará a lo largo del relato. En la primera parte constituye un elemento fundamental pero, a su vez, es una metáfora de la sumisión en la que se encuentra el personaje. Más tarde simboliza el asesinato, la destrucción y el suicidio de la anciana que se inmola por el fuego. En la tercera parte, encarna la libertad de Montag, a partir de la muerte de Beaty. El agua sirve también para describir la sensación de vacío y aislamiento en Montag.
-         El fénix y la salamandra: ambas figuras míticas se relacionan con el fuego. Al llegar al campamento Granger relata a Montag la leyenda del ave fénix y su capacidad de renacer de sus propias cenizas. Ellos intentarán hacer lo mismo como forma de salvar la cultura. De igual modo, la creencia popular indica que la salamandra tenía la capacidad de vivir en el fuego y ésta es, justamente, la imagen que utiliza Bradbury como símbolo del escuadrón de bomberos.
-         El río: en la antigüedad clásica, los griegos referían que el Leteo era el río infernal que debían atravesar las almas tras la muerte del cuerpo; su efecto era el olvido. En el relato de Bradbury, el cruce del río que realiza Montag, en plano simbólico, representaría el olvido de su vida pasada.


Fahrenheit 451 de Francois Truffaut

El film comienza con los credits narrados por una voz en off. Se utiliza como fondo visual antenas de televisión y varían los colores de fondo del cielo. No aparece por tanto, la escritura, con lo cual, desde el mismo aparato de enunciación se aprecia la intención de resaltar el tema de la ausencia de escritura.
Ya en la primera escena se puede observar que el director carga sus tintas al mostrar los libros ardiendo, la cámara se demora en los títulos y en la manera en que arden. Al respecto, conviene recordar que la presencia de los libros en su filmografía es, en el director un tópico recurrente.

Truffaut parece ilustrar el texto con imágenes, tomándose, sin embargo, algunas licencias. Con respecto a los personajes eligió a Julie Christie y la desdobla en dos personajes: el de Clarisse, y el de la esposa de Montag, a la que llama Linda. Incorpora un nuevo personaje, el de Fabián, un bombero que vigila permanentemente las actitudes de Montag. Asimismo, suprime a Faber, pero le adjudica parte de sus diálogos al personaje de Clarisse.

No echa mano del personaje del sabueso mecánico.
Se muestra una gran intencionalidad del mostrar la relación de Clarisse con la anciana que se inmola, que en este caso aparece como su tía.
También introduce un personaje secundario, el de la vecina de Clarisse, que le servirá para resaltar la diferencia de los McClellan con respecto al resto de sus vecinos.

Truffaut explota las posibilidades de la falta de afecto de los seres de esa sociedad alienada. Los 60´ fueron los años del hippismo y el power flower, se hablaba entonces de liberar tanto las drogas como el amor, lo que esta sugerido en ciertas secuencias del film.

El único personaje femenino que parece tener sentimientos es Clarisse, quien llora sobre el hombro de Montag al ser rechazada por sus alumnos y por las autoridades del colegio que acaban de despedirla.

Los bomberos que presenta el film, son una suerte de policías de ese estado opresor. Linda observa en la “pantalla de pared” a una periodista que muestra cómo el “Escuadrón de Limpieza” detiene a un adolescente que boicotea a las peluquerías.

Los bomberos, o al menos, el Capitán Beatty, portan armas de fuego. Cuando se produce el incidente de la quema de libros en casa de Montag, su jefe lo va a detener, para lo cual saca un revólver. El director destaca la presencia del arma con un primer plano de la misma.

En cuanto al tratamiento del espacio, el film manifiesta una ambientación contemporánea. Truffaut se vale también de ámbitos no contemplados en la novela: el sótano de la casa de Clarisse, el bar donde Clarisse y Montag toman un café y el colegio en cuyos pasillos dos alumnos le arrojan a Clarisse sus pertenencias para que no regrese.

Con respecto al tema de la “familia”, una pantalla ocupa la atención de Linda durante todo el film.

Uno de los elementos que aparece destacado en el cuartel de bomberos es la barra metálica del cuartel que sirve para ascender o descender del primer piso.

La presencia de material icónico se halla muy explotada a lo largo del film, lo que resulta un recurso acertado. Montag lee historietas sin texto, compuestas sólo por imágenes. Del mismo modo, la explotación de la imagen se halla resaltada en los expedientes del cuartel.
En el film, Montag no presenta, como en el texto un afán de compartir la lectura con su esposa. Por el contrario, se manifiesta en él como una actividad solitaria.

La presencia de la constante amenaza de la guerra y el momento en que estalla, no son tomados en la adaptación fílmica.

A nivel dramático, el director plasma en imágenes lo que sucede cuando uno de estos hombres-libro esta a punto de morir. El anciano agonizante que deposita en su sobrino el conocimiento, le transmite en forma oral el libro que ha memorizado.

Con respecto al final del film, plantea una suerte de happy end, dado que Montag se reencuentra con Clarisse en el campamento, y no ha desaparecido como en la novela.


Mónica Gruber


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